Mitos sobre la Sexualidad Femenina

Muchas veces, estos mitos son sustentados por motivos confusos, espurios, frecuentemente religiosos y a veces hasta alentado en errores científicos

Todavía hoy, en pleno siglo 21 son muchos los mitos que existen en torno a la sexualidad femenina y que impiden que la mujer no disfrute a plenitud de todos los placeres que pudieran ofrecerle sus encuentros carnales. Muchas personas, en su mayoría del sexo femenino, aun creen que la mujer que lleve la iniciativa sexual es una inmoral ya que esta solo debe ocurrir por iniciativa del hombre; o que no se debe mantener relaciones sexuales con la menstruación ya que durante esta época la mujer está afectada psicológicamente de manera negativa y/o puede ser causa de contaminación o infecciones genitales.

Tal como sucede en el caso con los varones, la cultura y las relaciones sociales van conformando en la mentalidad de las niñas y adolescentes, una serie de creencias erradas sobre su sexualidad, las cuales se introyectan a manera de verdades, que sin cuestionamiento alguno se dan como como ciertas y posteriormente ya de adultas, van transmitiendo a la descendencia. Muchas veces, estos mitos son sustentados por motivos confusos, espurios, frecuentemente religiosos y a veces hasta alentado en errores científicos, como el criterio médico que por años ha sostenido sobre la relación entre menstruación, sexo y endometriosis.

En este articulo me propongo desmitificar algunos criterios, los mas frecuentes, que en torno a la sexualidad femenina se mantienen:

1. Sexo durante las menstruaciones: Tal como lo mencione anteriormente, uno de los mitos más difundidos es el que tiene que ver con el sexo durante la menstruación. En alguna ocasión escuche al Dr. Bianco, Psiquiatra-sexólogo venezolano, expresar que la mujer durante su menstruación puede hacer de todo: Pueden hacer oficios, bañarse, hacer deporte y desde luego pueden ejercer la función sexual. Manteniendo las normas de higiene que la situación demanda las relaciones no tienen por qué estar prohibidas siempre que ambos miembros de la pareja lo desean y lo consientan; es más, muchas mujeres expresan que pueden llegar a sentir mas placer durante esta época ya que perciben a sus vaginas mas sensibles al roce del pene y con ello un mayor placer con el coito durante la menstruación. Por otra parte, mujeres con dismenorrea (dolor menstrual), experimentan mejoría de su dolor gracias al efecto opiáceo de las endorfinas, hormonas liberadas durante el coito. También existe la creencia de que es imposible embarazarse durante la menstruación. Si bien es cierto, esto es poco probable que ocurra, ya que la ovulación normalmente ocurre a la mitad del ciclo menstrual y no precisamente durante la menstruación; sin embargo, hay situaciones en las cuales este fenómeno ocurre con rareza durante la regla y en consecuencia si ocurre una ovulación en esta circunstancia, pudiera darse el caso de un embarazo, particularmente en aquellos casos de mujeres en las cuales hay trastornos del ciclo menstrual.

2. Sexo durante el embarazo: Ya en múltiples oportunidades he mencionado que lejos de ser perjudicial, es más bien una práctica saludable que permite reafirmar los lazos afectivos entre la pareja, quienes tienen la oportunidad de demostrarse su afecto mutuo y particularmente el hombre a su mujer gestante, transitoriamente gorda y con la perdida temporal de su silueta femenina. Ejercer la función sexual es un hecho natural y fisiológico en la especie, que no tiene por qué poner en peligro la evolución del embarazo. Ni las contracciones uterinas que se producen durante el orgasmo ni la cantidad de prostaglandina contenidas en el semen ponen en riesgo la salud del embarazo; si bien es cierto que, en etapas avanzadas de éste, puede resultar un tanto incomodo, siempre habrá una postura sexual que haga de este acto un hecho agradable, el cual, a decir de muchas mujeres, resulta muy frecuente y placentero particularmente durante el segundo trimestre del embarazo. De tal manera que, si no existe una contraindicación por parte del obstetra para tal práctica, no hay por qué restringirla.

3. Las mujeres no piensan tanto en sexo como los hombres. Las mujeres tienen una necesidad sexual tan igual que los hombres, pero se han visto obligadas durante siglos a reprimir ese deseo sexual so pena a que las tilden de promiscuas y sucias. Aun cuando desde el punto de vista fisiológico funcionen un poco diferente al hombre, las mujeres si piensan en sexo y si les gusta también copular, pero son más selectivas; es decir, para hacerlo de manera placentera, además de que el sujeto les sea simpático, tiernos, amable y respetuoso quieren tener la certeza de que van a obtener también una gratificación sexual (Corresponder a sus deseos) y no una relación vacía, frustrante y aburrida que no le gratifique, razón por la cual tratara de esquivar y no repetir en el futuro este tipo de relaciones. Por otra parte, existe el gran mito de que la mujer no debe iniciar la relación sexual, llegando a considerarse hasta pecaminoso e inmoral. Nada mas alejado de la realidad. La mujer no solo puede, sino que debe hacerlo como una manera adicional de romper con la rutina sexual y generar una mayor cantidad de esas fantasías sexuales, tan necesarias en el curso de la relación sexual. Además, tomar el comando de la relación le hará sentir mas atractiva, sexy y seductora tanto a ella como a su pareja.

4. Las mujeres no son amantes del Sexo oral. Existe la creencia de que a las mujeres solo alcanzan el orgasmo con la penetración. De ahí que les guste más la penetración que el sexo oral; y porque además relacionan este ultimo con tendencias homosexuales; sin embargo, diferentes estudios han demostrado que no es cierto; que a la mayoría de las mujeres les gusta en extremo, le practiquen el cunnilingus como parte de la antesala o como complemento a la penetración. Esta demostrado que las mujeres pueden experimentar un orgasmo cuando practican variedad de actos sexuales previos a la penetración, como con el cunnilingus e incluso sin llegar a la penetración. De hecho, está demostrado que el 70% de las mujeres experimentan orgasmos sin que haya penetración esto es debido a que es más fácil de alcanzar el orgasmo clitoriano por la estimulación directa a este nivel gracias a las mas de 8 millones de terminaciones nerviosas que le inervan.

5. A las mujeres les desagrada la práctica del sexo anal. Todavía hay mujeres que piensan que las llamadas relaciones contranaturales, como la penetración anal, no solo son inmorales y van contra los principios religiosos, sino que además son desagradables y muy dolorosas; y en algunas circunstancias, lo hacen solo por complacer a su pareja; sin embargo, existen sorprendentes estudios que revelan que muchísimas mujeres son amantes de esta práctica una vez que aprenden a ejecutarla; es solo que obviamente, requiere buena técnica que incluya disposición, deseo, vaciamiento previo del recto, buena higiene, lubricación y paciencia por parte del hombre, para que no lleve a cabo una penetración brusca; a cambio recibirán un chorro de placer con esta práctica.

6.La masturbación y la eyaculación no son cuestiones de mujeres. En la mayoría de los estudios de opinión, las mujeres aparecen con una frecuencia de masturbación siempre menor a la de los hombres, pero el hecho de que ellas no hablen de eso no significa que no ocurra. La mayoría de los investigadores piensan que no todas las encuestadas han sido sinceras: las mujeres si se masturban y tanto como los hombres. Aunque es imposible conocer este porcentaje, se piensa que un elevado número de mujeres, si se masturban; solo que lo ocultan por miedo al juicio social o a que sus parejas las tomen por insatisfechas sexualmente y temen crearles sentimientos de culpa. Con respecto a la eyaculación femenina, cada vez son mayores los estudios que confirman la existencia de esta eyaculación y aun cuando siguen siendo un tanto oscuros su funcionamiento y propósito, La sociedad Internacional para la medicina sexual sugiere que, de acuerdo con diferentes cálculos, un porcentaje entre el 10 y el 50% de las mujeres eyaculan durante las relaciones sexuales. Esta viene constituida por un líquido expulsado a través de la uretra durante el orgasmo o con la excitación sexual. Es muy parecido al semen masculino y usualmente es espeso y lechoso; el análisis químico de este fluido demuestra que contiene fosfatasa acida similar a la expulsada por la próstata masculina e igualmente contiene fructuosa, un azúcar del semen masculino, que actúa como fuente de energía para los espermatozoides. Según los expertos ambos elementos provienen de las glándulas de Skene, las cuales tiene ubicación para uretral. También se les conoce con el nombre de próstata femenina. Algunos investigadores creen que todas las mujeres eyaculan, solo que dependiendo del volumen emitido será mas notable en unas mas que en otras; además al mezclarse con el semen masculino, tiende a confundirse sin poder determinar con exactitud cuál es uno u otro.

7. Adiós a la sexualidad durante la menopausia. Ya lo he dicho en post anteriores: si bien es cierto que durante la menopausia a causa del declive de la función hormonal puede disminuir un poco el deseo y la frecuencia sexual, esto no significa que no puedan seguir recibiendo y dando placer. En los casos requeridos, se tendrán que hacer los ajustes necesarios, bien sea de carácter hormonal o con la practica sexual misma como son el uso de lubricantes vaginales en caso de resequedad. Las mujeres menopáusicas e inclusos durante la senectud, pueden disfrutar de una plena vida sexual, incluso en la mayoría de los casos mejor que antes, ya que, en esta época de la vida, la jubilación, la no necesidad de métodos anticonceptivos y de la actividad fatigante de cuidar niños pequeños y el estrés por el riesgo de un embarazo no deseado, permiten disponer de un tiempo pleno para disfrutar de la compañía de su pareja. Muchos estudios reportan sexualidad con orgasmos en mujeres de más de 80 años.

8. Adiós al sexo posterior a una histerectomía. Con respecto a las mujeres que se les ha practicado una histerectomía, existe la creencia errónea de que ya no van a funcionar más sexualmente y no es infrecuente que en muchas situaciones surjan discusiones sobre su futuro sexual previas a la intervención quirúrgica, y que posteriormente se vean abandonadas por sus parejas. Las investigaciones y la experiencia particular con mis pacientes, mes permite afirmarles de manera categórica, que esta cirugía no es una razón que impida continuar disfrutando de la sexualidad. Ningún estudio e incluso en mi experiencia profesional, en ningún caso he apreciado que paciente alguna haya dejado de experimentar orgasmos posteriores a la intervención quirúrgica; y al contrario al saberse sin riesgos de embarazo y sin días rojos del calendario menstrual, hacen mas placentera y gratificante su relación.

9. La Virginidad es una cuestión de integridad del himen. Aun hoy día se conservan muchos rasgos de sociedades netamente machistas y en donde muchos de sus miembros piensan que un himen indemne es sinónimo de pureza y castidad; por lo tanto, si no hay perdida de sangre con la primera relación sexual es porque ya se había perdido la virginidad. Nada mas alejado de la verdad porque ese tipo de himen (Cribiforme) que sangran con las primeras relaciones son muy infrecuentes. La mayoría de las mujeres portan por naturaleza un himen llamado complaciente, el cual, en presencia de una buena excitación y lubricación sexual, puede permitir la penetración de un pene de dimensiones normales, sin dejar ningún rastro de esa relación. De lo anterior se desprende entonces el por qué muchos afirmamos que la virginidad es más una cuestión mental que corporal ya que la mayoría de las pacientes no tienen porque sangrar con su primera relación y eso no significa que ya había perdido su virginidad. Este hecho en el pasado fue causa de la “devolución” de la novia al día siguiente del matrimonio y todavía hoy día genera dudas en algunos caballeros. En situaciones contrarias, se da el caso de otras damas, que habiendo tenido relaciones sexuales previas se muestran como castas y puras ante su nueva pareja; en ambos casos el himen complaciente permite a la mujer mostrarse en una u otra situación, ajustándose a su condición moral.

10. Las mujeres son infieles solo cuando ya no aman a sus maridos. Durante muchos años se ha creído que las mujeres son infieles por razones diferentes a la de los hombres y particularmente cuando han dejado de amar a su marido. Esto quizás fue una afirmación valida en el pasado. Sin embargo, en la época actual, con la emancipación e igualdad de derechos para la mujer, encontramos en estudios recientes, que las motivaciones que llevan a una mujer a la infidelidad son muy variadas y bastante semejantes a las de los hombres; y como bien lo señalan los Drs. William Barta y Susan Kiene de la Universidad de Washington, pueden ir desde el simple ataque de furia que conduciría a la venganza hasta la necesidad de vivir nuevas y electrizantes experiencias.

Como pueden apreciar, apenas he mencionado algunos de los mitos mas frecuentes que sobre la sexualidad femenina existen. Es nuestra obligación erradicar todas esas falsas creencias en torno al desempeño sexual femenino que pueden llegar a limitar en mayor o menor proporción el gratificante ejercicio de la función sexual.

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