LA ATRACCIÓN SEXUAL HACIA PERSONAS MAYORES ¿Filia o Parafilia?

En cierta oportunidad, en medio de una reunión con familiares y amigos, un joven “musiu”, prendido de una sexagenaria colega, le tenía montado un fuerte “ataque”. Todo galante el sujeto, cada vez que estaba delante de ella, se inclinaba hacia adelante, la miraba de frente y fijamente a los ojos, se tocaba el pelo, y no la desamparaba con sus atenciones; mi colega en medio del asedio que sentía le dice: “Chico déjame en paz, que ya yo soy una sexagenaria”; El galán cuarentón, sin saber el significado de la palabra acude a otro amigo (un bromista) para que le saque de dudas y le aclare el significado de dicha palabra, a lo que éste le responde: Sexagenaria significa que le gusta exageradamente el sexo. Se podrán imaginar cuán intenso se puso entonces el Galán medio otoñal por el resto de la velada, tratando ser correspondido a sus pretensiones amorosas o como decimos los venezolanos: tratando de “agarrar mango bajito”. Esta divertida anécdota entre estos dos personajes con diferencia de edades de más de 20 años, me ha servido de introducción para escribir sobre un tema del cual se habla mucho, pero del cual poco se ha escrito, desconociéndose mucho en sus bases conceptuales: LA GERONTOFILIA.

Lo habitual es que la mayoría de las personas nos interesemos sexualmente por personas con edades similares o cercanas a las nuestras; aun cuando no existe un límite de edad para establecer una relación o filia entre parejas, se considera como un hecho normal las diferencias de edades que oscilan entre 0-10 años; sin embargo, en algunas ocasiones este proceso de atracción se produce entre parejas con edades muy discordantes. ¿Pero, es normal sentir atracción por personas que te llevan muchos años? A muchas personas les atrae sexualmente hombres o mujeres de mayor edad, bien sea porque admiran su madurez, su experiencia, su inteligencia o simplemente porque se sienten atraídos físicamente por los rasgos o apariencias de la gente mayor. Es bueno aclarar que esto no significa enfermedad alguna mientras la relación se dé entre personas mayores de edad, con su debido consentimiento y por supuesto sin ningún tipo de coacción o abuso por parte de alguno de los miembros de la pareja. En este caso estaríamos hablando sencillamente de una filia, la cual no constituye como tal un estado patológico; a diferencia de las parafilias, donde la fuente predominante de placer no está en la cópula sino en otra actividad, objeto o situación poco habitual y en las que las intensas, repetidas y perturbadoras fantasías, así como los impulsos y comportamientos sexuales se dan en torno a la situación anómala.

De acuerdo con la mayoría de los autores, esta tendencia con impulso, gusto o atracción sexual sólo por personas mayores, de edad avanzada o ancianos independiente de sus atributos físicos o intelectuales, le han denominado Gerontofilia. En la mayoría de la bibliografía revisada, lo consideran así, cuando la diferencia de edad es de alrededor de los 35 años y desde el punto de vista psicológico está considerada una de las llamadas parafilias. Las personas afectadas por esta condición, presentan intensas fantasías sexuales y se ven atraídas casi exclusivamente por estímulos considerados anómalos por el entorno social; así tenemos que son ejemplo de parafilias: la atracción anómala por niños(pedofilia), animales(zoofilia), objetos inanimados como estatuas, bustos, muñecos, maniquíes, (agalmatofilia), prendas de vestir u objetos personales (Fetichismo), deseo sexual por sujetos dormidos, lo cual implica violación(somnofilia), el placer de exponer sus genitales ante otras personas, generando molestias a terceros( Exhibicionismo), o el caso de personas que sienten excitación ante los cadáveres( Necrofilia) etc. Así mismo las relaciones de dolor/sumisión entre parejas. En todos estos casos la fuente de placer lo constituye el malestar o daño que pueda causar el cuestionado acto tanto en la propia persona que lo infringe cómo en la persona objeto del deseo (Sadismo). de todo lo anterior se desprende que las relaciones entre personas de distinta edad no tienen porque necesariamente implicar la presencia de gerontofilia y por otra parte, cualquier filia en la que se cause daño como única fuente de placer pasa a convertirse en una parafilia. La Gerontofilia o atracción sexual hacia personas mucho mayores o de la tercera edad por parte de una persona de considerable menor edad, se centra no en la persona en sí, sino en su ancianidad y en el malestar significativo que la relación pueda acarrear en ambos involucrados.

¿Cuáles son las causas que pueden explicar esta fijación por las personas de la tercera edad? Este peculiar comportamiento puede afectar indistintamente tanto a hombres como a mujeres y suele presentarse con mayor frecuencia en la adolescencia, cuando la mayoría de los jóvenes inicia su actividad sexual. Entre algunas de las causalidades postuladas están: Personalidades inseguras: se postula que las personas inseguras, dependientes o necesitadas de protección que buscan en un anciano su sabiduría, la experiencia, su calidez y protección. Todas estas son características que le hacen sentirse segura. Incapacidad comunicacional: También se les atribuye a estas personas la incapacidad de relacionarse exitosamente con personas de su edad. Antecedentes de experiencias traumáticas: abusos sexuales en la infancia que han afectado la autoestima, llegando posteriormente a “normalizar” las relaciones sexuales con personas mucho mayores que el sujeto involucrado. Relación de dependencia: la necesidad de proteger y ayudar a personas mayores, con ciertos niveles de dependencia, puede desencadenar una atracción sexual por la persona mayor a la que cuidan. Búsqueda de relaciones de dominación-sumisión: la búsqueda de placer al establecer una relación con componentes vejatorios que buscan someter al anciano.

¿Tienen tratamiento este tipo de parafilias? El tratamiento de este tipo de patologías constituye a veces, uno de los aspectos un tanto difícil para los psicoterapeutas. Lo primero a determinar es si en efecto se trata de una parafilia; y para ello debe existir un malestar clínicamente significativo que limita la vida de la persona o genera daños a la pareja. Teniendo siempre presente que se deben excluir aquellas relaciones entre pareja con edades discordantes pero consensuadas; aquellas movidas por un interés material y también aquellas donde el malestar esté generado solamente por la desaprobación social. Descartadas y bien delimitadas estas situaciones el profesional deberá abordar la situación dependiendo de la esfera psicológicamente afectada como los aspectos de seguridad y autoestima señalados anteriormente.

Finalmente es necesario señalar que el amor no tiene edad y cuando es tal, lo que ha surgido entre una pareja etariamente discordantes, no significa enfermedad mental alguna y por lo tanto no amerita ningún tratamiento ni debería ser objeto de críticas destructivas sino más bien de opiniones favorables en torno a lo que significa el poder del amor.