La afectividad y desempeño sexual durante la Pandemia

Estudios recientes sobre el comportamiento sexual de la población mundial en general durante la pandemia, han permitido concluir que, contrario a lo esperado, el deseo sexual y el desempeño de este se han visto marcadamente afectados por la contingencia vivida durante esta epidemia mundial. Muchos pensamos que debido al confinamiento se incrementarían las relaciones afectivas entre parejas y con ello el ejercicio de la función sexual; y que incluso se dispararían las tasas de nacimientos; sin embargo, al parecer ha ocurrido lo contrario, y lo que hemos visto incrementar son los marcados ascensos en las tasas de divorcios y rompimiento entre parejas. En realidad, esto no nos debería causar sorpresa en el ámbito médico, pues es bien conocido que situaciones estresantes, como es el caso de la pandemia, la incertidumbre reinante al respecto genera una gran ansiedad que sin duda alguna tiene una gran repercusión sobre nuestro bienestar físico y psíquico; lo cual a su vez se convierte no solo en el principal enemigo del deseo y el desempeño sexual, sino también para la estabilidad de las relaciones de parejas.


Aumentaron las separaciones durante la Pandemia.

Al respecto, estudio realizado 2018, por el Centro Español NASCIA, (Líder en el estudio y manejo del estrés y la ansiedad) entrevistó a 1000 parejas en las cuales se reportó que un 70% de esas personas con estrés tuvieron relaciones sexuales insatisfactorias. Los dolores de cabeza, el cansancio generalizado y la tensión muscular influía notablemente en el descenso de la libido. Igualmente, se reporta una mayor incidencia de disfunción eréctil (Incapacidad de mantener una erección durante una relación sexual) en la mayoría de los hombres en estas situaciones de estrés. Otro hecho a destacar en épocas de pandemia, como la que aún se vive por el COVID-19, es  el confinamiento obligado de todo el grupo familiar, lo cual ha llevado a compartir de manera permanente las 24 horas del día, con todos los miembros del grupo familiar; esto  ha restado mucha privacidad a la relación entre la pareja, lo cual ha llegado a convertirse en un ingrediente pernicioso para la relación marital y en muchos casos, los que antes fueron encuentros apoteósicos, pasaron a ser solo momentos apresurados, sin la privacidad requerida para el debido disfrute y placer que deben acompañar a la relación sexual. Todo esto ha venido configurando un círculo vicioso que ha incidido de manera negativa sobre el comportamiento afectivo y sexual entre parejas; con los consecutivos desencuentros e inconformidades personales que junto a la pandemia misma han dinamitado muchas relaciones de parejas, poniendo al descubierto y/o haciendo aflorar problemas maritales preexistentes.  Y es así como en todo el mundo, desde Sudamérica hasta África y occidente, parejas que se supone eran felices pasaron a separarse y muchas incluso llegaron al divorcio; en todos estos casos, la pandemia actuó como catalizador para dar el paso hacia la separación.

A escala mundial, por ejemplo, en China un estudio preliminar realizado en marzo de este año revela aspectos de la vivencia sexual durante la pandemia, el cual pone de manifiesto que un 65% de los encuestado vio disminuida tanto su frecuencia como su desempeño sexual. De igual manera en ciudades como Xian, Sichuan y Miluo en el centro de china, reportaron un número récord de solicitudes de divorcios a principios de marzo de este año.

Estudio Chileno recién publicado en abril 2021, por el Centro Mi Intimidad reporta que un 64% de los entrevistados había visto perjudicada su vida sexual durante la cuarentena. Entre las principales dificultades reportadas por las mujeres destacan la dificultad para alcanzar el orgasmo muchas veces relacionado con la dificultad para la excitación y lubricación vaginal subsecuente y por ende con la dispareunia (Dolor durante la relación); mientras que los hombres reportan eyaculación precoz, la disfunción eréctil y el poco rendimiento y desempeño sexual.

Como dato curioso, en España, se reportaron por primera vez en muchos años un descenso en las tasas de divorcios en 2020; pero obviamente este resultado estadístico guarda relación con el cierre y las limitaciones operativas de Juzgados y tribunales durante plena pandemia; no obstante en el año 2021 empiezan a aparecer estudios que se corresponden con lo que ha acontecido en todo el Urbe: un incremento en las tasas de divorcios; y es así como los datos del poder Judicial español, ya en el primer trimestre del 2021, reportan que las separaciones, divorcios y nulidades se incrementaron en un 5,7 %.

Repercusiones del estrés en las relaciones entre parejas. ¿Cómo Identificarlo?

Ahora bien, no cabe la menor duda que el estrés generado como consecuencia de la pandemia ha venido a acelerar muchas de estas separaciones que ya estaban algunas en puertas y en otros casos fueron desencadenadas durante el confinamiento. 

Desde el punto de vista clínico ¿Cómo podemos determinar que nos encontramos bajo una situación de estrés? En situaciones agudas es fácil reconocerlo porque podemos sentir que nuestro corazón empieza a latir muy deprisa y que nuestros músculos se tensan y puede acompañarse de salivación excesiva, náuseas, aumento en la frecuencia respiratoria y de la transpiración; así como resequedad de la boca y perdida del apetito; No se comporta de esta manera, el estrés que se apodera de nosotros de forma permanente y se hace una situación de carácter crónico; esta forma se nos puede presentar baja diferentes modalidades. Y…¿Cómo podemos saber que estamos envueltos en una situación de este tipo? He aquí algunos detalles que pueden alertarnos sobre esta situación:

Incapacidad para concentrarnos, impidiéndonos a veces tomar decisiones sencillas; distraernos y/o preocuparnos demasiado o con mucha facilidad por cosas muy triviales. Pensamientos recurrentes: damos demasiado vueltas a las cosas e insistimos repetitivamente sobre lo mismo.                                                                                                                  

Procrastinación (diferir, aplazar): diferir en el tiempo las cosas que sabemos tenemos que hacer. No asumir tales responsabilidades. Caer en el desgano y en la dejadez.  Por otra parte, dejas de lado actividades placenteras y de relajación. Como la actividad sexual.              

Perdida de la memoria: Todo se nos olvida; afloran muchos pensamientos negativos acompañados de ansiedad excesiva.                                                                                                                            

Desde el punto de vista afectivo te muestras irritable con gran labilidad afectiva (lloras por todo); te sientes muy sensible a las críticas y te muestras a la defensiva, pudiendo incluso llegar a salirte de control. Te puedes sentir lleno de frustraciones, lo cual puede generarte enfado y perdida de la autoestima, aislamiento social; y lo más grave de todo, puedes asumir comportamientos adictos, que buscan evadir la realidad: refugiarte en el alcohol, cafeína, tabaco e incluso drogas.

¿Qué hacer frente a este tipo de situaciones?

La gran respuesta a esta interrogante obviamente va a depender de la causa que esta generando el estrés y en el caso específico de la pandemia, lo mas importante es evitar estar continuamente leyendo o mirando en la televisión, las noticias relacionadas con el COVID-19.

Apoyarse incondicionalmente en su apareja: libere tensiones hablando francamente con su pareja y afronten en conjunto la realidad.

Alimentación sana y balanceada: esta claro la influencia de una buena alimentación en la salud sexual. Todos los alimentos ricos en Omega 3, ayudan a generar dopamina a nivel cerebral y con ello favorecer el deseo sexual. Las carnes y los frutos secos incrementan los niveles de testosterona y con ello ayudan a potenciar la libido.

Practicar un poco de ejercicio físico y aprender técnicas de relajación como la Meditación, La respiración profunda y los ejercicios de estiramiento. Todo ellos contribuyen a mejorar la libido, la potencia y un mejor desempeño sexual.

En la medida de lo posible, no recurra y mucho menos se habitué al consumo de drogas antidepresivas. Esta demostrado que la mitad de las personas que toman este tipo de drogas tiene como efecto secundario las disfunciones sexuales como son la caída de la libido, disfunción eréctil y retraso o ausencia para alcanzar los orgasmos.

Una práctica nefasta que puede empeorar la situación es tener relaciones sexuales por obligación. Este tipo de relaciones suelen terminar en fracaso y por ende en mayor frustración. Permita que la relación fluya y se de con naturalidad; sin olvidarse de todos los preliminares como los besos y caricias que permitan un verdadero placer y disfrute de su relación sexual.

Finalmente, si la magnitud de su estado depresivo, no le permite superarlo por si mismo, es obvio que debe acudir con un profesional experto en la materia que, por una parte le ayude a resolver la situación antes de que se torne a niveles críticos que puedan desencadenar la perdida de la relación con su pareja; y por la otra, pueda ayudarle a saber gestionar futuras situaciones estresantes, como las vividas actualmente en medio de la pandemia por el COVID-19, las cuales puedan afectar su sexualidad, pudiendo garantizar así, su satisfacción y bienestar con su pareja.