Históricamente el manejo del aborto inducido ha constituido un grave problema de salud pública. El eje principal a esta condición lo ha constituido el aborto séptico y el considerable número de muertes maternas que de él se han derivado. Éste, ha sido un problema mundial que ha afectado de manera significativa a los llamados países del tercer mundo, donde en la mayoría de los casos, las legislaciones penan la práctica abortiva. Aunque la condición ilegal del procedimiento promueve el subregistro, para la década de los 70 en Latino América se producían unos 4.200.00 abortos inducidos anualmente. En 1995, la OMS publicó el registro de 20 millones de abortos clandestinos de un total de 46 millones; Un comunicado de prensa conjunto de la OMS y el Instituto Guttmacher en septiembre del 2017 estimó que, en todo el mundo se producen unos 25 millones de abortos peligrosos anualmente. En países de Europa y América del norte, así como varios países asiáticos, nos encontramos que, aun teniendo leyes mas liberales sobre el aborto, agregan cada vez mas restricciones a dicha práctica abortiva legal. Algunos países a partir del año 2000 han venido cambiando sus legislaciones al respecto, ampliando las causales que permitan el aborto no solo para proteger la vida de la madre sino también en los casos de violación o incesto, malformación fetal grave y en algunas pocas, por razones socioeconómicas; a pesar de todo esto, el aborto inducido sigue siendo un problema de salud pública.
¿Cuáles son estos procedimientos que inducen al aborto? El aborto inducido o provocado existe desde que el mundo es mundo. Existen escrituras en el Antiguo testamento que describen la práctica. Igualmente, en la China del siglo 23 a.c . Desde principios de siglo pasado se han empleado procedimientos diversos para llevar a cabo esta práctica, desde los mas inverosímiles hasta los mas sofisticados. En general, podemos clasificarlos en 2 grandes grupos:
1. Métodos Físicos/ mecánicos. El más común de todos es el legrado por aspiración. Destacan también la dilatación cervical con dispositivos de metal, plástico o vegetal (tallo de laminaria), llamados bujías; para luego continuarse con el vaciamiento uterino por diferentes mecanismos. En el pasado se utilizaban las inyecciones de soluciones salinas hipertónicas que inducían a contracciones uterinas y a la expulsión. Los antes mencionados, serían algunos de los procedimientos mas utilizados por los profesionales médicos.
También han existido algunas personas no médicos que han utilizado diferentes técnicas primitivas, transmitidas generacionalmente, muchas de ellas a veces inverosímiles, como son la introducción de sondas a través de las cuales instilan soluciones jabonosas (altamente necrotizantes) o con el permanganato de potasio; también la introducción de instrumentos puntiagudos como ganchos de ropa y las llamadas “chupetas paragüitas”, con las que se buscaba romper el saco gestacional y desencadenar el aborto.
2. Métodos químicos o toxicológicos. Son aquellos conformados por todas aquellas sustancias que, administradas por cualquier vía en la mujer embarazada, es capaz de desencadenar el aborto. Han sido utilizados milenariamente y con frecuencia superando los rangos de seguridad; por lo que no pocas veces han sido causa de complicaciones graves que incrementaron los índices de mortalidad materna. En esta categoría de sustancias están los agentes que provocan contracciones uterinas de forma directa. Entre ellos están las drogas estimulantes de las contracciones uterinas como la Oxitocina, los derivados del cornezuelo de centeno (Methergin), la quinina y los aceites volátiles como el apiol, este ultimo de uso muy generalizado y el cual se encuentra en una planta utilizada comúnmente en las artes culinarias como es el perejil. El uso de este Té de hojas de perejil, así como la introducción del tallo en el canal cervical desencadena enérgicas contracciones uterinas capaz de producir el aborto, pero al igual que las soluciones jabonosas, son sustancias muy necrotizantes que puede conllevar a severos cuadros de sepsis y muerte materna cuando no se actúa medicamente de manera agresiva (Histerectomía precoz). Existen otras sustancias de origen vegetal como la Nuez moscada, la hierbabuena de menta, el Romero salvaje, la ruda, el helecho macho y el Azafrán con propiedades abortígenas. Igualmente se han utilizado por propiedades abortivas el aceite de ricino y la estricnina, los ácidos cítricos, oxálicos y acético(vinagre), instilados directamente intrauterinos. En forma de duchas vaginales se emplearon el bicarbonato de sodio, el amoníaco, el formol y hasta el Kerosene.
Desde fines de la década de los 90, se emplean medicamente con mucho éxito: las prostaglandinas, particularmente la dinoprostona(PgE2) en gel o en forma de supositorios; y el Prostin E2 para uso oral y vaginal. En países donde el aborto es legal se utilizan además drogas como el Misoprostol, la Mifrepistone y el Metotrexato. De todos estos fármacos el que ha alcanzado mayor difusión y fama ha sido el Misoprostol, un análogo de la prostaglandina E1, el cual estimula la liberación de prostaglandinas endógenas, las cuales desencadenan contracciones uterinas y a nivel cervical van a producir la dilatación. Estas contracciones por lo general suelen ser de gran intensidad. Este fármaco que inicialmente se empleó en el tratamiento de las Ulceras gástricas, muy pronto, gracias a su propiedad uteroconstrictora, se convirtió en el método por excelencia empleado para inducir abortos. Su frecuente y exitosa utilización ha permitido retomar el concepto y de hecho ya se utiliza comúnmente la terminología de “Aborto Químico”.
Entre los efectos secundarios más comunes del Misoprostol, están los cólicos abdominales, náuseas, vómitos, calambres y fiebre, los cuales van a estar en función directa con la dosis administrada; lográndose minimizar los mismos con la administración vía vaginal. En cuanto los posibles efectos teratógenos del fármaco cuando se utiliza en el primer trimestre del embarazo y no se consumó el aborto, se han reportado casos de Síndrome de Mobius(Parálisis facial completa), constricciones en forma de anillo en extremidades, holoprosencefalia, hidrocefalia y extrofia vesical( vejiga fuera del feto) con mayor frecuencia en estas mujeres con aborto fallido. El uso del Misoprostol en la practica abortiva representa un gran avance en la lucha contra la mortalidad materna. La inducción de un aborto en condiciones más “Pulcras”, con poco intervencionismo y manipulación uterina ha limitado de manera significativa el numero de muertes por aborto séptico y por otras complicaciones como la hemorrágicas a causa de las perforaciones uterinas del pasado. La gran practicidad del método le confiere a la vez su gran desventaja: La fácil utilización de este, aunado a la inconsciencia de muchas pacientes, que pretenden utilizar esta opción como método contraceptivo; lo convierten en una gran desventaja, por cuanto con cada aborto que se produzca, la paciente, aunque en menor proporción, se sigue exponiendo a complicaciones hemorrágicas e infecciosas inherentes a situaciones de este tipo; por lo que mi consejo a tales pacientes es que NO pueden hacer de ésta una opción contraceptiva; primero porque no lo es y segundo porque existen tantos y excelentes métodos contraceptivos en el mercado, concebidos con esta finalidad.
Con todo lo expuesto anteriormente, la conclusión es que es que aun con todos los avances legislativos para despenalizar el aborto inducido y sus causas en muchas partes del mundo; aun con la implementación y uso de novedosos productos farmacéuticos de inducción química, que le confieren una mayor seguridad a los procedimientos abortivos; todo lo cual ha reducido la incidencia de abortos sépticos y de muertes maternas; todavía estos índices sigue siendo considerables y por ende un problema de salud pública que requiere ser afrontado con mayor número de estrategias en políticas de salud, entre las cuales son relevantes la educación y la mejoría de las condiciones de vida de muchas mujeres en el planeta.